jueves, 23 de enero de 2014

Genial Pessoa


  • Nací en un tiempo en que la mayoría de los jóvenes habían de dejado de creer en Dios por la misma razón que sus mayores habían creído en Él - sin saber por qué.
  • Para mí, la vida es como una posada del camino, donde debo demorarme hasta que llegue la diligencia del abismo.
  • Soy dos, y entre ambos la distancia - ¡hermanos siameses que no están pegados!
  • Haya o no dioses, de ellos somos siervos.
  • Dios es que existamos y que eso no sea todo.
  • El único modo de que estemos de acuerdo con la vida es que estemos en desacuerdo con nosotros. Lo absurdo es lo divino.
  • No saber de uno mismo; eso es vivir. Saber mal de uno mismo, eso es pensar.
  • La artificialidad garantiza el goce de la naturalidad.
  • No siente la libertad quien nunca vivió oprimido.
  • Soy como alguien que busca a ciegas, sin saber dónde ocultaron el objeto que no le dijeron qué es. Jugamos a las escondidas con nadie.
  • La civilización consiste en dar a algo un nombre que no le compete, y después soñar sobre el resultado.
  • Escribo estas líneas, realmente mal anotadas, no para decir esto, ni para decir cualquier cosa, sino para ocupar en algo mi desatención.
  • La conciencia de la inconsciencia de la vida es el más antiguo impuesto que recae sobre la inteligencia.
  • Aquello que, creo, produce en mí el sentimiento profundo, en que vivo, de incongruencia con los demás, es que la mayoría piensa con la sensibilidad y yo siento con el pensamiento.
  • Me siento tan aislado que puedo palpar la distancia entre mí y mi presencia.
  • Nos basta, si pensamos, la incomprensibilidad del universo; querer comprenderlo es ser menos que hombres, porque ser hombre es saber que no se comprende.
  • La única actitud digna de un hombre superior es el persistir tenaz en una actividad que se reconoce inútil, el hábito de una disciplina que se sabe estéril, y el uso fijo de normas de pensamiento filosófico y metafísico cuya importancia se siente como nula.
  • Vivir es ser otro.
  • Vivir me parece un error metafísico de la materia, un descuido de la inacción.
  • Primero sé libre; después pide la libertad.

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